Alrededor de 7.000 personas se expresaron ayer en el centro de Stuttgart, en el sur de Alemania, en contra del racismo y la violencia en una masiva manifestación convocada por la Confederación de Sindicatos Alemanes (DGB) con el apoyo de más de 80 organizaciones que acudieron a la cita.

“Mostramos una tarjeta roja, no importa si se trata de cobardes ataques incendiarios contra centros de acogida de solicitantes de asilo, de la persecución a extranjeros o de violencia sexista”, quiso expresar desde el escenario el obispo protestante de Württemberg, Frank Otfried July.

La vicepresidenta de la DGB, Gabriele Frenzer-Wolf, se mostró, en vista de los próximos comicios regionales en Baden-Württemberg, en contra de hacer campaña electoral a expensas de los refugiados y expresó su deseo de no ver representado a la Alternativa para Alemania (AfD). H