Un antiguo miembro del grupo de scouts católicos del monasterio barcelonés de Montserrat, Miguel Ángel Hurtado, ha denunciado que la abadía ha encubierto durante 20 años los abusos que sufrió de un monje en 1998, mientras que desde la comunidad benedictina se asegura que siempre se le dio apoyo.

El demandante ya hizo público en el 2016 que sufrió abusos sexuales por parte de un sacerdote cuanto tenía 16 años y promovió entonces una petición al Congreso, que reunió más de 300.000 firmas, para que estos delitos no prescriban, aunque hasta ahora no había revelado dónde y quién había abusado de él.

Hurtado, que actualmente es psiquiatra y trabaja en Londres, ha revelado que el autor de los abusos fue el padre Andreu Soler, que fundó el movimiento escultista de la abadía y que fue su responsable durante 40 años.

TOCAMIENTOS // La víctima explica que, como miembro del «servicio de orden» del monasterio, pernoctaba una vez al mes en la abadía, y que fue en su habitación donde se produjeron los tocamientos del monje en diversas ocasiones. Según su relato, tanto el antiguo abad de Montserrat, Sebastià Bardolet, como el actual, Josep Maria Soler, conocieron desde 1999 la denuncia de los abusos y no tomaron ninguna medida, aunque admite que Soler se reunió varias veces con él y que el monasterio le pagó 7.200 euros en el 2003 para que sufragara una terapia psicológica, después de que él lo pidiera a través de una carta.

No obstante, en opinión de Hurtado, la comunidad de Montserrat optó por «el total secretismo y el oscurantismo en la gestión del caso», puesto que el dinero se le dio en sobres en billetes de 500 euros para no dejar rastro, y asegura que, en su caso, «lo más doloroso no fueron los abusos, fue el encubrimiento».

DOCUMENTAL DE NETFLIX // Miguel Ángel Hurtado es precisamente una de las personas entrevistadas en el documental Examen de conciencia, que trata de arrojar luz sobre abusos a menores en el ámbito de las instituciones católicas. Dirigido por Albert Solé, Netflix lo estrena el próximo viernes.