El ministro de Defensa, Pedro Morenés, que visitó hoy la zona donde el jueves se derrumbó un edificio de apartamentos en la localidad tinerfeña de Los Cristianos, ofreció los medios estatales para las labores de desescombro y de búsqueda de las cinco personas que siguen sin ser localizadas, tras recuperarse dos cadáveres.

Pedro Morenés visitó la zona acompañado, entre otros, por el presidente del Gobierno canario, Fernando Clavijo, y por el alcalde del municipio, José Julián Mena, y calificó como una tragedia “dura y difícil” el siniestro.

El derrumbe del edificio de cinco plantas ha costado la vida a dos personas mientras que el número de residentes en el inmueble que no habían sido localizados se ha reducido a cinco una vez que ayer aparecieran cuatro vecinos que eran buscados, y que no estaban en el inmueble en el momento en el que se desplomó.

Los cuerpos hallados --el primero en la tarde del jueves y el segundo en la madrugada de ayer-- corresponden a dos mujeres, una de unos 77 años y otra de 40.

Durante el día, los bomberos apuntalaron la parte de la estructura del edificio que permanece en pie y que coincide en su planta baja con un local que ocupa un bar. Agentes de Policía Nacional, Guardia Civil, policías locales de Arona y Adeje, Policía Canaria, Unidad Militar de Emergencias, Servicio de Urgencias Canario, Bomberos y Cruz Roja, trabajan de forma ininterrumpida desde que se produjo el desplome.

PERROS ESPECIALIZADOS // En las labores de rescate participan cinco perros especializados, que cada cierto tiempo recorren los escombros en busca de personas.

Los cuatro edificios colindantes al afectado por el derrumbe continúan desalojados como medida preventiva, lo que afecta a unas 90 personas de 42 familias. Veintidós de las familias están realojadas en hoteles y cámping del municipio y 20 se han trasladado a viviendas de familiares.

Los técnicos municipales tratan de esclarecer las causas del derrumbe del citado inmueble, para las que barajan dos hipótesis. Por un lado se investiga si el desplome pudo deberse a una explosión, ya que varios testigos aseguraron que en el inmueble olía a gas en ese momento. Tampoco se descarta que el origen esté en unas obras que se estaban realizando en el segundo piso.

Según algunos vecinos, los propietarios no contaban con la correspondiente licencia emitida por el Ayuntamiento y hay quienes afirman que los golpes que daban eran muy fuertes. H