Un frente asociado a una nueva borrasca atlántica, bautizada con el nombre de Carlos, llega este fin de semana por el oeste a la Península ibérica mientras por el este ayer se acabaron de retirar las lluvias torrenciales que han azotado el litoral mediterráneo y se han cobrado una víctima mortal en Girona. El fallecido es un hombre de 62 años, que fue arrastrado por el agua en el torrente de Campmajor.

Con todo, los registros de precipitación más destacados se han registrado en la Comunitat Valenciana. Hasta las 16.00 horas de ayer, la localidad de Polinyà de Xúquer, había recogido 137,6 litros/metro cuadrado, y en la ciudad de València se habían superado los 90 litros, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

La previsión es que este sábado sea un día de transición hasta que mañana una ciclogénesis llegue a la Península desde el suroeste. La portavoz adjunta de la agencia meteorológica, Delia Gutiérrez, explicó ayer que a lo largo del día de hoy irá llegando una borrasca muy profunda, bautizada por Portugal como Carlos. Gutiérrez precisó que las temperaturas pasarán de estar en valores más altos de lo normal a estar en los normales o por debajo de los habituales para estas fechas.

CAOS EN LA CAPITAL DEL TURIA // Las comarcas centrales de la provincia de Valencia vivivieron ayer su tercera jornada de fuertes lluvias, unas precipitaciones que pusieron en alerta roja a la de La Ribera y provocaron el caos circulatorio en la capital. No causaron daños personales aunque sí materiales en forma de inundación de bajos y párkings y amenazan ya las cosechas de cítricos.

Uno de los momentos más tensos se produjo en Alzira, donde los bomberos tuvieron que rescatar a una familia con un bebé de cinco meses que se había quedado atrapada en su chalet. Igualmente hubo que rescatar a cinco personas de vehículos en caminos en Tavernes de Valldigna.

En total, 35.000 alumnos de una veintena de municipios no pudieron asistir a ayer clase.

Numerosas carreteras sufrieron cortes, pero el caos se multiplicó en la ciudad de València cuando, al filo del mediodía, la lluvia empezó a arreciar. La tromba de agua atrapó a varios vehículos en grandes avenidas y llevó al cierre de cinco importantes túneles, lo que provocó grandes congestiones en la ciudad. Además, tanto el servicio del tranvía como el del metro sufrieron varios cortes. El ayuntamiento cerró los cementerios y parques y la Universitat Politècnica y la Universitat de València suspendieron su actividad para la tarde de ayer.