Si abejas, abejorros, colibrís y demás polinizadores desaparecieran, la agricultura perdería del 5% al 8% del valor de mercado anual de sus cultivos, entre 235.000 y 577.000 millones de dólares. Además, los ecosistemas naturales se verían trastocados, pues el 87,5% de las especies de plantas silvestres con flor dependen de ellos. La situación no es catastrofista si se tiene en cuenta que el 16,5% de los vertebrados polinizadores (murciélagos y aves) está en riesgo de extinción. Se sabe menos de los invertebrados (abejas domésticas y salvajes y mariposas), pero en los lugares donde hay más datos, hasta el 40% de las especies están en peligro, al menos a nivel regional.

Son estas algunas de las conclusiones del informe sobre polinizadores y alimentos aprobado el 26 de febrero en Kuala Lumpur (Malasia) por la Plataforma Intergubernamental de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES). Es el primer informe del ente que espera ser algo equivalente al IPCC, el grupo de expertos en cambio climático, en el terreno de la biodiversidad. El IPBES reúne a especialistas de 124 países.

PROBLEMA SERIO // “Faltan datos, pero con la información actual el problema es serio”, dice el investigador Jordi Bosch, que ha participado en el informe. “Me parece un estudio objetivo: es una apreciación muy próxima a la realidad”, añade Xavier Bellés, director del Instituto de Biología Evolutiva del CSIC.

El estudio abarca las más de 20.000 especies de abejas, además de miles de especies de mariposas, moscas, polillas, escarabajos, aves y murciélagos que contribuyen a la polinización. “La diversidad es importante para los cultivos. Las especies tienen comportamientos distintos en momentos y ambientes diversos y se sustituyen entre sí cuando una falla”, observa Bosch.

Tres cuartas partes de las especies cultivadas para alimentación dependen de la polinización, entre ellas manzanas, mangos, almendras, cacao y café, además de otras para fabricar biocombustibles, fibras como el algodón, fármacos y comida para animales. No dependen de la polinización los cereales o los tubérculos.

El informe apunta acciones útiles como mejorar la diversidad de los hábitats y apoyar prácticas tradicionales frente a la agricultura intensiva. H