Nueva matanza a punta de pistola en Estados Unidos, esta vez en la localidad playera de Virginia Beach, situada a 340 kilómetros de la capital del país --Washington-- y muy cerca de la base militar de Norfolk, la mayor base naval del mundo. Al menos 13 personas fueron asesinadas ayer y otras cuatro resultaron heridas de diversa consideración después de que un empleado municipal abriera fuego indiscriminadamente en uno de los edificios públicos de la ciudad.

El incidente se registró sobre las 16.00 horas, cuando la concurrida zona que alberga el Ayuntamiento, el juzgado y otros edificios municipales todavía era un bullicio de actividad ciudadana.

MALESTAR LABORAL // Los primeros indicios apuntan a que el asaltante era un empleado municipal veterano y descontento con su situación, aunque quedan todavía muchos detalles por esclarecer. «Este es el día más devastador en la historia de Virginia Beach», dijo Bobby Dyer, el alcalde de esta localidad del sur de Virginia, que tiene más de 400.000 habitantes. «La gente involucrada eran nuestros amigos, compañeros de trabajo, vecinos y colegas», lamentó.

De acuerdo con las primeras informaciones de la policía, el asesino recorrió varios pisos del edificio «disparando indiscriminadamente» a cuantos salieron a su paso. Más tarde, fue abatido en un intercambio de disparos con la policía, en el que también resultó herido un agente local.

Esta es la peor masacre que vive el país desde el pasado noviembre, cuando un total de 12 personas fueron asesinadas en un restaurante de la pequeña ciudad californiana de Thousand Oaks.

No obstante, no hay que retroceder mucho en el tiempo para encontrar otro episodio con varios muertos por un intercambio de disparos en el país norteamericano. El pasado lunes, coincidiendo con la celebración del Día de los Caídos, cinco personas murieron y una treintena resultó herida en dos tiroteos registrados en el suroeste de Chicago. A principios de mes, el día 7, un alumno de una escuela de Denver falleció también a manos de dos estudiantes armados.

NULA VOLUNTAD POLÍTICA // Esta tragedia llega en un momento muy delicado para la Asociación Nacional del Rifle (NRA), inmersa en una severa crisis financiera y con un cúmulo de acusaciones de apropiación indebida de fondos contra los líderes de la organización. Las turbulencias en el poderoso lobi de las armas no se han traducido en ningún movimiento legislativo para intentar acabar con las recurrentes carnicerías que sufre el país a manos de pistoleros armados que, por una cosa u otra, pierden la cabeza. La Administración Trump ha hecho de su alianza con la NRA una de sus grandes bazas para movilizar electoralmente a la derecha.