La Guardia Civil cree que Ana Julia Quezada, única acusada por la muerte de Gabriel Cruz, quiso cobrar la recompensa que los padres del niño ofrecían tras su desaparición, según declaró ayer durante la vista oral contra ella, en su cuarta jornada, el comandante Montero de la Unidad Central Operativa (UCO).

«Parece una persona a la que le gustaba el dinero» y, además del asesinato del niño, «no sabemos si buscaba cobrar un dinero». «Es macabro pero parece que por ahí iba la cosa», declaró el comandante ante el jurado popular que enjuicia a la acusada, en una jornada en la que tras múltiples renuncias, declararon en calidad de testigos-peritos hasta 14 agentes de la Guardia Civil.

«Fue una investigación muy dura porque buscábamos a un niño vivo, no se planteó como un homicidio». «Si hubiese sido así, no se habrían empleado tantísimos recursos como en esta investigación», añadió el comandante, que en aquel momento estaba a cargo de la Sección de Homicidios, Secuestros y Extorsiones de la UCO. Tras afirmar que «pocas investigaciones» como la búsqueda de Gabriel Cruz han tenido tantos recursos, el comandante señaló durante la cuarta sesión del juicio que fueron días «muy intensos» y con turnos de «casi 24 horas».

Móvil económico // Sobre el móvil económico, apuntó que era una posibilidad porque «no había nada» que dijera que Gabriel estaba muerto, pero cada día que pasaba «era losa de realidad» y «nunca llegó una solicitud de dinero».

Un teniente de la Policía Judicial de la Comandancia de Almería, que ya intervino el miércoles, relató por su parte cómo Quezada decía mientras introducía al pequeño en el maletero de su vehículo: «Ahora a llevárselo de aquí», al referirse a las grabaciones en el interior del coche de la dominicana.

Asimismo, ratificó el contenido de las transcripciones de dichas grabaciones y reiteró la acusada se arengaba ella misma diciendo a voz en grito: «Ana, no vas a ir a la cárcel, no vas».