El crimen de Susqueda, en el que fueron asesinados dos jóvenes cuyos cadáveres aparecieron en las aguas de este pantano, se produjo donde la persona investigada, Jordi M., que se encuentra detenida desde el 26 de febrero, pescaba habitualmente. El abogado de la familia de las víctimas, Carles Monguilod, dio ayer detalles de la instrucción, después de que el juez haya levantado el secreto de sumario, y confirmó ese indicio, que se suma a otros como que los cadáveres fueron trasladados posteriormente en kayak hasta el lugar en el que se descubrieron.

Monguilod explicó que aún no hay pruebas directas que inculpen a Jordi M., pero que se han conseguido numerosas del tipo «indiciario», por lo que se sumará a la petición de prisión provisional que la fiscalía planteará el martes en una vista que la defensa ha pedido contra la medida.

El letrado desgranó todos esos indicios, entre los que figuran la ubicación del lugar del crimen gracias a estudios de sonido basados en los disparos que escucharon diversos testigos. Ese análisis sitúa el espacio y momento de la muerte donde Jordi M. pescaba habitualmente, a lo que se suma la confesión de éste de que aquel día estaba en el pantano.

El abogado explicó que la ocultación de los cuerpos y del coche de los dos jóvenes es otro indicio de que el autor no pasaba «por casualidad». Además, el lugar donde fue hundido es el único del pantano con un agujero que permite ocultar un objeto tan grande, con lo que, según Monguilod, «quien lo esconde conoce el sitio de manera extraordinaria».