El Congreso dio ayer luz verde a la proposición de ley de despenalización de la eutanasia remitida por el Parlament de Cataluña. Finalmente recibió los 136 votos en contra del PP y UPN, las 32 abstenciones de Ciudadanos y los 175 síes del resto de la cámara.

El texto propone modificar el apartado cuatro del artículo 143 del Código Penal para que queden exentos de responsabilidades los que, «de manera indirecta o cooperando», ayuden a morir de manera «segura, pacífica y sin dolor» a una persona que lo pida de forma «expresa, libre e inequívoca». Además, se indica que el paciente deberá sufrir una «enfermedad terminal» o una «patología incurable» que le provoque un «sufrimiento físico o psíquico grave que se prevea permanente». De esta forma, se modificaría el texto actual que recoge que quien induzca el suicidio de otro será castigado con la pena de prisión de cuatro a ocho años, quien coopere con esta actividad también será sancionado con la cárcel y quien la ejecute tendrá una pena de hasta 10 años.

Ahora se abre un periodo de tramitación que se prevé largo, en el que la propuesta será debatida en Comisión y durante el cual los grupos podrán presentar enmiendas para modificar el texto aprobado por el Parlament.

Aparte de la negativa de Partido Popular y UPN, Ciudadanos advirtió de que esta iniciativa solo protege a quienes practican la eutanasia, pero se olvida de todos los pacientes que sufren e insistió en que esta reforma propuesta necesita un marco regulatorio. El PSOE insistió en la importancia de que la despenalización de la eutanasia vaya acompañada de una regulación de la misma.