Miles de personalidades y personas cercanas a Blanca Fernández Ochoa acudieron ayer a la capilla ardiente de la exesquiadora, instalada en el tanatorio de Cercedilla (Madrid), para darle su último adiós.

El velatorio comenzó a las 09.00 horas y, desde entonces, el goteo de rostros conocidos fue constante a lo largo de una emotiva jornada que concluyó aproximadamente a las 21.00 horas, cuando el féretro abandonó el recinto para ser incinerado.

Entre los que acudieron al tanatorio por la mañana se encontraban José Guirao, ministro de Cultura y Deporte, y María José Rienda, también exesquiadora y ahora presidenta del Consejo Superior de Deportes (CSD).

«Era una mujer y una deportista extraordinaria, quien, junto a su hermano Paco, llevó el deporte de invierno a unas cuotas de popularidad y reconocimiento que nunca había tenido España», afirmó el titular de Deporte.

También asistió al tanatorio May Peus, presidente de la Real Federación Española de Deportes de Invierno (Rfedi). «Creo que no hay forma de poder reconocerle el legado que deja. Fue tanto lo que llegó a hacer por el deporte en general y en especial por los deportes de invierno», explicó.

Ya por la tarde, otra de las personalidades que se dejó ver por la capilla ardiente de la exesquiadora fue Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español (COE): «Ella fue la primera mujer medallista olímpica, pero para mí el resultado no es pensar en la medalla, sino en cómo se consiguió, lo que significó para las generaciones futuras. Contar esta historia tiene que ser referente para lo que venga».