El calor, la humedad o el agua de las piscinas contaminadas debido al cloro y a no extremar las medidas de higiene, como ducharse antes de meterse al agua, son los principales factores que, a juicio de los otorrinolaringólogos, provocan las otitis habituales durante los meses de verano.

La otitis externa agua, característica de estas fechas, representa un gran porcentaje de las urgencias del verano, asegura la presidenta de la Comisión de Audiología de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (Seorl-Ccc), María José Lavilla. La conocida como otitis del nadador se define como una inflamación de la piel del conducto auditivo externo, producida por bacterias.

El conducto auditivo externo es un conducto tubular que comunica el pabellón de la oreja con el tímpano y está formado por hueso y cartílago cubierto de piel, que contiene pH ácido, una sustancia que le protege de las infecciones, explica Lavilla. Pero la piel del conducto auditivo puede perder su integridad con los baños prolongados en piscinas o en el mar y, en esa situación, los gérmenes gram negativos que desencadenan la enfermedad actúan con más facilidad.

Los síntomas más comunes de la infección, que puede producir pitido agudo en el oído, son irritación, dolor intenso, supuración, sensación de taponamiento e, incluso, puede ir acompañada de fiebre y malestar general.