El grupo socialista en el Congreso volvió a reclamar ayer la elaboración de un estudio sobre los efectos de las llamadas bebidas energéticas (sobre todo en los jóvenes) para analizar junto a los profesionales médicos la posibilidad de no recomendar su venta a los menores de 16 años. No es la primera vez que los socialistas hacen esta reclamación. En el 2014 ya pidieron esta recomendación y que se regulara su publicidad y venta.

Del mismo modo, el PSOE instó a valorar la inserción en el etiquetado de advertencias sanitarias sobre los efectos de su consumo aislado o en combinación con otras sustancias, sobre el límite máximo aceptable de consumo o sobre posibles contraindicaciones, siempre en función de los resultados de este estudio.

Así se recoge en una proposición no de ley presentada ayer por la portavoz socialista de la Comisión Mixta para el Estudio del Problema de las Drogas, María Aurora Flórez. En la iniciativa, se advierte de que el consumo de bebidas energéticas «con alto contenido de sustancias como cafeína o taurina» puede aumentar el riesgo de padecer complicaciones cardiovasculares. «Unos efectos especialmente perniciosos en niños, adolescentes y adultos jóvenes, sobre todo si el consumo se asocia al alcohol», advierte.