Lleva apenas cuatro meses al frente del canal RAI-3 de la televisión estatal italiana, y la popular, prestigiosa y no menos controvertida periodista y escritora Daria Bignardi ya ha revolucionado el panorama audiovisual trasalpino al imponer una estricta y recatadísima normativa sobre cómo deben vestir las profesionales que aparezcan en la pequeña pantalla.

El pasado martes, 31 de mayo, Bignardi (Ferrara, 1961) convocó a todos los equipos de diseñadores de vestuario y maquilladores de la cadena para explicarse el nuevo libro de estilo de moda en RAI-3. Las normas sobre cómo deben aparecer ellos ante las cámaras no trajo mayores sorpresas: deben vestir traje clásico (pueden ser a rayas o no), con una camisa y corbata a tono, y, a ser posible, de buen gusto. Eso sí, los cuadros sigue siendo una opción peligrosa, por lo que se mantiene la ya tradicional recomendación de evitarlos.

Pero el impacto llegó cuando Bignardi especificó cómo deben vestir ellas. Mejor dicho, cómo no deben aparecer ante las cámaras. Así, a partir de ahora se acabaron en el tercer canal italiano las profesionales 'llamativas', por lo que quedan absolutamente prohibidos los escotes pronunciados, los vestidos de tubo, o modelos de cualquier otro tipo excesivamente ajustados, sobre todo si estos son de color negro. Tampoco se podrán lucir joyas de tamaño, brillo o color llamativo. Es decir, que a partir de ahora lo único que puede llamar la atención del telespectador italiano es la información que transmita el -y la- profesional.

Las nuevas normas de la casa de la tercera cadena estatal han provocado un cierto terremoto entre los profesionales; e incluso entre los espectadores (muchos de ellos criados entre aquellas'mama chichos' y 'chicas florero' que tanto proliferaban por las teles privadas italianas). Pero lo que realmente ha sulfurado a los -y a las- periodistas afectados por la nueva normativa es que quien ahora impone unas normas tan recatadas sea precisamente una excompañera que se hizo muy famosa cuando fichó por el imperio audiovisual de Silvio Berlusconi como presentadora del 'Gran hermano' italiano. Es como si ahora Mercedes Milá fuese nombrada directora de La 2 y lo primero que hiciese al llegar a la tele estatal fuese prohibir los escotes, las faldas de tubo...