Con el fuego ya estabilizado, los alcaldes de la comarca de la Ribera d’Ebre, en Tarragona, ya empiezan a pensar en el día después. Las autoridades se reunieron ayer con el conseller catalán de Interior, Miquel Buch, quien explicaba por la mañana que el 90% del perímetro estaba estable. Entonces quedaba aún un 10% de fuego activo --una parte del flanco norte derecho-- que preocupaba a los bomberos, que estuvieron trabajando bajo con unas condiciones muy difíciles, con temperaturas extremas y una baja humedad. Al cierre de esta edición, los efectivos ya dieron por controlado el fuego.

Así, el cuarto día de incendio supuso «mucho desgaste físico» para los equipos de extinción, según palabras del inspector Antoni Ramos. Una veintena de bomberos tuvieron que ser atendidos, dos de los cuales incluso fueron hospitalizados con carácter leve y ya han sido dados de alta. La catástrofe en la Ribera d’Ebre hizo saltar todas las alarmas y puso en evidencia la falta de efectivos, cubierta en buena parte por el cuarto batallón de la UME, desplazado el mismo miércoles a la zona.

SOLIDARIDAD // Flix, con 4.000 de las 6.000 hectáreas quemadas, es la población más castigada por el fuego y toca hacer autocrítica, por el estado y las actividades que se desarrollaban en esos terrenos. «El reto ahora es levantar el municipio, rebrotar y plantear nuevas oportunidades y sinergias agroforestales, y que no se repita en un futuro», dijo el alcalde, Francesc Barbero, quien destacó la solidaridad de un pueblo que ha respondido a las colectas de alimentos y productos de primera necesidad para el medio centenar de alojados en un colegio.

Muchos vecinos de Flix todavía no han podido entrar en sus fincas o granjas. Su munícipe entiende la preocupación de los afectados que «quieren saber cómo están sus propiedades». En este sentido, el responsable de Protecció Civil de Terres de l’Ebre, Miquel Alonso, explicó que entre hoy y mañana, siempre y cuando los Bombers den permiso, accederán a las fincas para hacer fotosque podrán ver sus propietarios.

ESTIÉRCOL // Entre los granjeros de Tarragona cundió la inquietud al saber que la combustión fortuita de un montón de gallinaza, el excremento de los pollos, fue lo que pudo originar el incendio.

La investigación aclarará en los próximos días si el estiércol acumulado en la finca de la Torre de l’Espanyol (Tarragona) donde supuestamente se inició el fuego podía estar allí. «Tenemos prohibido acumular gallinaza si no es en un estercolero registrado y hormigonado. Te la juegas si la amontonas, y más como se te incendie», explica un veterano criador de pollos de las Terres de l’Ebre.

No obstante, en Tarragona aún abundan los montones particulares de estiércol, escondidos entre frutales o barbechos como reserva de compost para cultivos.