Hace unos días fue una naviera, Costa Cruceros, la que voluntariamente decidió suspender sus travesías por el Mediterráneo. Ayer jueves, fue el Gobierno quien finalmente blindó todos los puertos españoles a este tipo de transporte, a la vez que prohibía la entrada a ferris de pasajeros procedentes de Italia, para tratar de frenar los potenciales contagios de coronavirus.

La medida, que entró en vigor a las 00.00 horas de hoy hasta las 23.59 del 26 de marzo, corrige el sinsentido de haber eliminado las conexiones aéreas con Italia mientras que los barcos de pasaje seguían recalando y se habían convertido en el transporte alternativo entre ambos países.

Ningún crucero, sea cual sea su procedencia, podrá operar en los puertos españoles al menos durante dos semanas. Para que los buques ahora en ruta puedan desembarcar su pasaje, en este caso y excepcionalmente se permitirá la entrada en cualquier puerto español hasta las 00.00 horas del este próximo domingo.

El Consejo de Ministros extraordinario también enfatizó que esta medida temporal se podrá ir prorrogando por periodos de 14 días, en función de la evolución que vaya teniendo la pandemia. Se estima ahora que la presencia de covid-19 en un buque «tendría un impacto muy importante tanto en el pasaje y la tripulación como en los servicios sanitarios de la localidad donde atracara el barco».

La prohibición no se aplica a las naves de carga, ni con fines humanitarios o médicos, ni a los conductores de camiones que llegan por mar.

Por otro lado, el Gobierno marroquí ha suspendido hasta nueva orden los vuelos hacia España o los procedentes del país vecino, así como el tráfico marítimo, una medida tomada «en concertación con las autoridades españolas», según un comunicado emitido en la agencia oficial MAP. La medida afecta a todas las compañías aéreas y también a los numerosos ferris que surcan el Estrecho de Gibraltar entre las dos orillas.