Barreras económicas, culturales y organizativas hacen que en España solo algo menos de cuatro de cada 10 niños menores de 3 años, concretamente el 36,4%, tengan acceso a escuelas infantiles. Y el problema no es que el porcentaje global sea bajo, dado que supera el 33% recomendado por la UE, sino que su distribución es desigual social y territorialmente. De hecho, el 62,5% de los niños más ricos sí acude a las guarderías mientras que solo va el 26,3% de los más pobres.

Y no es un problema de voluntad, dado que un tercio de las familias con niños de 0 a 2 años expresa que requiere de servicios de cuidado infantil no disponibles. En cuanto a la desigualdad territorial, mientras en Euskadi el acceso llega al 52,5% en Ceuta o Canarias está por debajo del 20%. En cuanto a la Comunitat Valenciana, es la novena autonomía de España y está por debajo de la media, con un 32,2%.

La investigación, llevada a cabo con datos cuantitativos y mediante entrevistas a familias y profesionales, identifica cuatro tipos de barreras de acceso en España. En primer lugar, las dificultades económicas, mencionadas por el 52,4% de los hogares, según la Encuesta de Condiciones de Vida del 2016. Y es que, a diferencia del resto de etapas, el primer ciclo no es gratuito y las plazas públicas no cubren la demanda. «A algunas familias no le salen las cuentas, debido al coste elevado de la escolarización y el bajo salario que recibiría el progenitor en un empleo precario», afirma Carmela del Moral, analista jurídica de Save the Children.