Los taxistas de Madrid y Barcelona mantienen la presión sobre los gobiernos autonómicos --con una nueva jornada de huelga y cortes de tráfico en las dos ciudades-- para que limiten la actuación de los vehículos de alquiler con conductor (VTC).

El sector turístico mostró su preocupación por el impacto de las protestas, en especial en la capital, donde hoy se inaugura Fitur; y la patronal de VTC, Unauto, pidió a las delegaciones del Gobierno en Madrid y Cataluña que garanticen la seguridad.

En Madrid, los taxis que estaban concentrados en los alrededores de Ifema se desplazaron ayer hacia distintos puntos de la ciudad. Un grupo se ha dirigido a la estación de Chamartín y el Paseo de la Castellana, y otro hacia el aeropuerto de Madrid-Barajas y cortaron la M-40. El taxista de unos 30 años arroyado por un coche con licencia VTC, en la autovía A-2, ingresó en estado «muy grave» en el hospital La Paz, según confirmó una portavoz del centro médico. Fuentes de la Guardia Civil en Madrid indicaron que el conductor se personó en dependencias del cuerpo y los agentes le tomaron declaración, tras lo cual quedó en libertad.

El presidente de Fedetaxi, Miguel Ángel Leal, dijo que la huelga continuará y que los taxistas «seguirán hasta el final».

MARCHA LENTA // En Barcelona, un millar de taxistas realizó una marcha lenta a pie desde la Plaza de Catalunya hasta la sede de la Consejería de Territorio antes de reunirse con el conseller de Territorio, Damià Calvet, representantes del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) y de Uber y Cabify. En la reunión, el Ejecutivo catalán planteó que el decreto ley con el que pretende regular el sector mantendrá los periodos de contratación, pero dejará la puerta abierta a que la AMB lo modifique. Los representantes de Uber y Cabify han anunciado que abandonarán Barcelona al considerar que la Generalitat ha cedido al «chantaje» de los taxistas, mientras que estos votarán hoy si aceptan la nueva propuesta y desconvocan la huelga.