U n día después de cancelarse las Hogueras y la Magdalena, València anunciaba la suspensión de las Fallas 2020. Aplazadas en su día a julio por la crisis sanitaria de la covid-19, se posponen ya de forma definitiva hasta marzo de 2021. «Hemos hecho lo posible e imposible por buscar alternativas y la conclusión a la que hemos llegado es que esta es la mejor opción», señalaba en la tarde de ayer Joan Ribó. El lento ritmo al que transcurre la desescalada hacía inviable mantener los festejos para este año.

La decisión avanzada ayer por Ribó y Carlos Galiana, concejal de Cultura Festiva y presidente de la Junta Central Fallera, deberá ahora ser ratificada por una asamblea telemática de presidentes, que empezó ayer mismo y finalizará este viernes. El acuerdo se había alcanzado poco antes tras reunirse, en el hemiciclo municipal, con artistas falleros y representantes de las comisiones. El no haber logrado avanzar hasta la fase 1, vino a señalar Ribó, había sido uno de los factores que habían inclinado la balanza.

En ese sentido, media España sigue pendiente de pasar a la fase 1 en la desescalada por el coronavirus. Además de la Comunitat, han presentado solicitudes Madrid, Andalucía, Cataluña, Castilla y León y Castilla-La Mancha. La solicitud de Madrid volvió a llegar tarde, aunque esta vez solo un par de horas y, esta vez sí, firmada. Desde el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso dan por hecho que pasarán, al haber contratado a más sanitarios y técnicos, además de haber aumentado su capacidad para hacer pruebas PCR. Las pueden hacer «todos los días de la semana y 24 horas al día», según resaltó el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz.

La petición llegó entre broncas internas y externas. Ayuso destituyó a un director general de salud, nombró sustituta para la dimitida Yolanda Fuertes, la directora general que se negó a firmar la petición de cambio de fase la semana pasada, y ascendió a viceconsejero a Antonio Zapatero, director del hospital de Ifema.

RECTIFICACIÓN / El mensaje desde Andalucía es que esperan que el Gobierno «rectifique» para que Málaga y Granada se incorporen a la fase 1 junto al resto de las provincias de la comunidad. Pero la Junta irá más allá y reclamará que la autonomía pueda pasar al completo a la fase 2 el próximo lunes 25 de mayo, por lo que su estancia en esta primera etapa sería de solo una semana.

Por su parte, en Castilla-La Mancha esperan que Albacete, Ciudad Real y Toledo sigan la estela de Cuenca. En cambio, en Castilla y León profundizarán en su progresión por zonas básicas de salud y pedirán el avance de aquellas con tres o menos casos por 10.000 habitantes y uno o ninguno la última semana.

El Gobierno catalán, asimismo, ha pedido al Ejecutivo central el cambio de fase, de la cero a la uno, con efecto a partir del próximo lunes, de las regiones sanitarias de Girona, Lleida y la Cataluña Central, con el área de Igualada, confinada al principio de la pandemia, incluida. El gobierno de las Islas Baleares solicitó ayer al Ejecutivo que Formentera pase ya el próximo lunes a la fase 2 de desescalada. El Gobierno canario está estudiando pedir que La Gomera, El Hierro y La Graciosa pasen a la fase 2.