Eran los elegidos, los mejores de los mejores, los últimos supervivientes de un largo proceso de selección que había involucrado a miles de aspirantes. Yuri Alekséievich Gagarin y Guerman Stepánovich Titov habían superado las pruebas previas para que uno de los dos se convirtiera en el primer ser humano en viajar al espacio. No se trataba solo de los más aptos; también reunían las condiciones físicas adecuadas para semejante singladura, en especial una baja estatura que les permitía instalarse mejor en el reducido espacio de la cápsula Vostok.

Cuando trascendió el nombre de Gagarin, Titov se entristeció. «Todo el mundo se acuerda del nombre de la primera persona que llegó a América, Cristóbal Colón, pero no de la segunda», se lamentó. Pero ello no impidió que vibrara como el que más cuando su compañero logró culminar con éxito su vuelo espacial.

Esta es una de las anécdotas que recuerda en una conversación Yosif Davídov, un hombre de salud quebradiza, que cuenta hoy con 84 años, e instructor de Gagarin y del resto de los aspirantes del programa Vostok, que incluía seis misiones soviéticas tripuladas al espacio en la década de 1960. Rusia conmemoraba ayer el 50 aniversario del fallecimiento del mítico cosmonauta, en un accidente de aviación cuando solo tenía 34 años y cuyas causas no fueron esclarecidas por la URSS, dando pábulo incluso a teorías de la conspiración.

incursión espacial // El primer vuelo espacial pilotado de la historia de la humanidad se produjo el 12 de abril de 1961. Gargarin saludó en el momento del despegue con una palabra que pasaría a los anales: «¡Poyejali!» (vamos en ruso). El vuelo se prolongó durante 89 minutos y fue controlado en todo momento desde tierra.

Existe el consenso entre quienes han estudiado la figura de Gagarin de que la URSS no podía haber elegido mejor candidato para pasar a la historia como el primer cosmonauta, dado que era un hombre de mucho carisma, con gran talante para la comunicación. A la mitificación de su figura también contribuyó su misteriosa muerte, en un accidente de aviación ocurrido el 27 de marzo de 1968 y cuyas circunstancias no fueron bien explicadas en su momento por las autoridades soviéticas.

Durante un vuelo ordinario en desfavorables condiciones atmósféricas, el caza de entrenamiento MiG-15UTI en el que viajaba con el instructor Vladímir Seryogin se estrelló en Novosyólovo, en las proximidades de Moscú. Desde entonces, se han ofrecido versiones contradictorias, que van desde turbulencias provocadas por otro avión, a ataques de pánico del propio Gagarin al constatar un grave problema técnico. Incluso circula la teoría de que pudo tratarse de una muerte premeditada para impedir que se convirtiera en el primer hombre en pisar la superficie lunar.