Una treintena de testigos declararán hasta el próximo mes de febrero en la causa que instruye el Juzgado número 5 de Castellón contra la presunta macrorred de estafas y blanqueo de capitales que logró apoderarse de 20 millones de euros de bancos, empresas y particulares, y que fue desmantelada el pasado año por la Guardia Civil de la provincia.

El cabecilla de la macrorred de estafas (la mayor detectada nunca en España, según la Benemérita) y cuatro de sus testaferros salieron el pasado junio de la cárcel, tras siete meses en prisión preventiva, acusados de pertenencia a organización criminal, entre otros delitos. El cerebro de la banda, V.V.V., y otro de los implicados lo hicieron bajo fianza de 30.000 euros, mientras que los otros tres miembros quedaron libres con cargos, pero sin fianza.

Pese a estar fuera de prisión, la acusación contra el cabecilla de la organización es consistente, según fuentes del caso. Así lo reflejó la jueza en uno de sus últimos autos, donde hizo hincapié en que «además de tener antecedentes penales previos, V.V.V. ha ostentado una posición de liderazgo en el entramado de toda la organización delictiva», destacando que su modus operandi «no constituía hechos aislados, sino una forma de vida profesionalizada». El juzgado castellonense trató de inhibirse en favor de la Audiencia Nacional, a la que pidió que asumiera el caso debido a su complejidad y su carácter internacional. Sin embargo, sigue siendo el órgano de la capital de la Plana el encargado de la instrucción.

DETENCIONES // Los detalles de la operación policial contra la red los adelantó Mediterráneo en exclusiva a finales del pasado año. Hubo 29 detenidos en Castellón, Madrid, Sevilla y Barcelona, acusados de apoderarse de 20 millones de euros, la mayor estafa a nivel nacional. Según la investigación de la Guardia Civil, presuntamente, el líder de la red --un economista castellonense-- utilizaba a sus exparejas y a su círculo de relaciones más cercanas como testaferros de las numerosas empresas pantalla que «él manejaba a su antojo», según las conclusiones de los investigadores.

Supuestamente, la red se dedicaba a engañar a terceros con la concesión de créditos, avales, renting, etc. Varios de los miembros de la organización viajaron en varias ocasiones hasta las islas Seychelles, donde crearon un banco llamado IRB Corporatios, como avanzaron miembros de la Benemérita durante la comparecencia pública en la comandancia de Castellón, tras levantarse el secreto de sumario.

Pese a los meses transcurridos desde que se desarticuló la trama, la instrucción se prevé larga debido a su complejidad.