La Audiencia Provincial de Castellón acogió ayer un juicio por presunta agresión sexual en Vilafamés. Un joven de 19 años se sentó en el banquillo para responder a las acusaciones que le hace una vecina de 18 --en el momento de los hechos tenían 18 y 17, respectivamente--. La supuesta víctima declaró tras un parabán y mantuvo que las relaciones que tuvieron en casa del procesado el 13 de noviembre del 2017 no fueron consentidas. «Le dije que tenía pareja y que no quería. Él intentaba besarme y yo apartaba la cara, pero le dio igual. Me cogió del brazo y me llevó a la cama. Me violó y luego me escupió», relató la chica, a preguntas del Ministerio Fiscal.

«Al final, pude quitármelo de encima y vestirme. Me fui a mi casa y me duché. Me sentía sucia», contó al tribunal.

La denunciante negó que antes hubieran mantenido relación sexual alguna y también desmintió que se enviaran mensajes en los que hablaban de verse cuando la defensa del acusado aportó a la causa unas conversaciones de WhatsApp en Instagram.

VERSIONES OPUESTAS / El joven, por su parte, negó que hubiera ejercido violencia alguna sobre la chica. «Ya nos habíamos acostado antes y ese día volvió a pasar. Todo fue voluntario. Cuando vino la Guardia Civil y me detuvo, yo me quedé en shock. Nunca antes había tenido problemas con la Justicia», explicó, en una declaración pausada y segura.

Los dos forenses que reconocieron a la presunta víctima un día después de la denuncia declararon como peritos. Explicaron que la chica estaba «alterada» mientras les relataba lo ocurrido, pero incidieron en que «no había evidencias externas» de agresión. «No tenía erosiones, arañazos, lesiones internas... Una relación anal no consentida --como la que la afectada relata-- hubiera dejado algún tipo de lesión, alguna fisura importante», informaron.

En la vista declaró también el profesor al que ella le contó la supuesta violación. «Rompió a llorar y no dio detalles. Me pareció creíble», afirmó. También fueron citadas dos vecinas, quienes dijeron no haber oído ruidos ni voces ese día, pese a que la chica sostiene que gritó. El tribunal deberá ahora valorar qué versión es la que cree y decidir si absuelve o condena al procesado.