Palmo a palmo, árbol a árbol. Los bomberos continuaban ayer con las tareas de extinción del incendio que ha calcinado esta semana 1.500 hectáreas de la Serra d’Espadà, y que está “estabilizado” y prácticamente controlado, sin que en la jornada del sábado se produjera ningún rebrote.

Fueron 40 --hay que recordar que el primer día eran 500-- los efectivos desplegados ayer para continuar repasando esta zona, considerada el pulmón de la Plana. Las tareas que se llevaron a cabo, como explicaron desde el Servicio de Información de Bomberos (SIAB) del Consorcio, fueron de limpieza utilizando azadas y motosierras para remover la tierra y cortar troncos (como pinos o algarrobos) quemados y evitar que surjan pequeños conatos en los puntos más calientes debido a las brasas, aún incandescentes, dadas las altas temperaturas que se registran este fin de semana.

Los efectivos trabajan sin descanso bordeando todo el perímetro, especialmente en los términos de Artana, Tales y en el área próxima a Eslida. Un barranco muy escarpado y de difícil acceso que requiere de mucha paciencia y sacrificio de los bomberos.

ARRELS DE L’ESPADÀ // Tras el desastre, un grupo de personas, de manera altruista, han creado la asociación Arrels de l’Espadà, cuya presidenta es Meritxell Garralón. “Estamos manteniendo contactos con entidades expertas en materia de reforestación, pero debemos recordar que es una tarea lenta y que se debe de realizar con mucho esfuerzo y con tiempo”, afirmó. Por su parte, uno de los fundadores del ente, Héctor Molina, indicó: “Es necesario ser optimistas y empezar a trabajar, todos juntos, para acortar el camino de la recuperación”.

El portavoz, Ismael Chiva, quiso recordar la tragedia del incendio de 1994, con 19.000 hectáreas calcinadas. “Para recuperar la zona entonces se necesitaron dos décadas. Nacemos para impulsar la conciencia colectiva de respeto hacia el medio ambiente”. H