Un accidente ferroviario dejó ayer un balance de un muerto y un total de 104 heridos --cuatro de gravedad, 8 de carácter menos grave y 92 leves-- después de que dos trenes de Cercanías chocaran frontalmente en el antiguo apeadero de Castellgalí (Barcelona), entre las localidades de Sant Vicenç de Castellet y Manresa.

El resto de viajeros, 65, resultaron ilesos y fueron evacuados con la ayuda de los Bomberos de la Generalitat de Cataluña, según fuentes de Protección Civil.

El fallecido fue la maquinista de uno de los trenes siniestrados, de 26 años, a la que los efectivos tuvieron que excarcelar, ya que el cuerpo había quedado atrapado en el interior del convoy.

El conseller catalán de Territori, Damià Calvet, informó que el choque, que se produjo a las 18.20 horas, tuvo lugar porque un tren procedente de Lleida y que iba hacia l’Hospitalet circulaba en contradirección por la vía incorrecta, colisionando frontalmente contra otro de Rodalies que circulaba entre los municipios de Terrassa y Manresa.

La estación de esta última localidad se convirtió anoche en un improvisado centro de atención a los familiares de los afectados por el trágico accidente, sobre el que Renfe ya confirmó que abrirá una investigación al respecto.

Tras enterarse del siniestro, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mostró a través de su cuenta de Twitter todo su cariño y apoyo para los allegados.