Segunda condena para Carlo Pascarella, el joven de Castellón de 23 años que secuestró a su expareja en la UJI y se la llevó en su coche hasta su casa, donde la maniató y encañonó para que volviera con él. El TSJCV ha confirmado los cinco años de prisión que hace cuatro meses le imponía la Audiencia Provincial de Castellón por los delitos de detención ilegal, violencia de género y amenazas, desestimando el recurso que la defensa del sentenciado interpuso tras su primera condena.

El tribunal de la Sección Segunda de Castellón consideró probado que el castellonense quedó con su pareja el 5 de diciembre del 2016 en la Universitat Jaume I para hablar y no aceptó que ella quisiera romper con él.

Estando ambos en el coche, cerró los seguros y la condujo hasta su casa en contra de la voluntad de la chica. En un momento dado, estando ambos discutiendo, la cogió por el cuello y comenzó a presionar hasta que ella empezó a ahogarse. Llevó a la víctima hasta la vivienda de sus padres y echó el cerrojo a las puertas, cerrando ventanas y desenchufando las cámaras de seguridad.

Seguidamente, condujo a la afectada al baño y, con un cepillo de dientes y un líquido, le frotó las uñas, diciendo que era «para que no hubiera huellas y no tuvieran pruebas» contra él.

El ya condenado llevó a su pareja hasta una habitación y le apuntó con una escopeta, empezando a gritar la chica y diciéndole él que lo había engañado y que «se iba acabar todo». Posteriormente, la ató de pies y manos con cinta adhesiva y le dijo que si no se relajaba tambien le taparía la boca, tirándola al suelo.

Pascarella sacó un fusil Cetme y puso una mira telescópica, empezando a cargarlo delante de su víctima y apuntando con el arma como para comprobar su funcionamiento, momento en que la joven temió por su vida y comenzó a intentar tranquilizar a su entonces pareja, diciéndole que quería estar con él para ganarse su confianza y disuadirlo. Los padres del joven maltratador, que no aprobaban la relación de pareja, llegaron por sorpresa al domicilio y este les dijo que la chica se encontraba en la casa. Pascarella la soltó, mientras ella intentaba hallar la manera de escapar.

Pascarella perdió los nervios y se fue corriendo a su dormitorio, creyendo su pareja que iba a coger las armas con las que la había encañonado. «Nos va a matar a todos», gritó la joven, intentando salir. La madre del chico metió a la joven en la parte trasera de su coche y la sacó de la finca para que su hijo no la encontrara. Según los jueces, la progenitora pidió a la chica que no lo denunciara bajo promesa de internarlo en Italia.