A primera hora de la tarde de ayer saltaron todas las alarmas. El Centro de Coordinación de Emergencias recibía una llamada a las 16.14 horas alertando sobre la detección de un incendio en uno de los parques naturales de referencia en la provincia, el de Penyagolosa. De inmediato se puso en marcha un dispositivo de extinción que destacó desde el primer momento por el gran despliegue de medios.

Según fuentes del Consorcio Provincial de Bomberos, hasta el lugar se desplazaron 60 efectivos, integrados en «cinco unidades de bomberos forestales, tres aviones Air tractor y dos helicópteros con una unidad de bomberos forestales helitransportados, además de una dotación de bomberos». Su destino era un paraje situado a escasos 300 metros de la ermita de Sant Joan de Penyagosa, en una zona «de matorral de alta montaña» y por lo tanto poco boscosa, aunque el susto inicial tenía mucho que ver con el entorno del parque.

El principal inconveniente no fue la virulencia de las llamas, sino la lejanía de los puntos de control. De hecho, según el Consorcio, «estaba tan lejos que se enviaron más medios para que la zona no se quedara desatendida cuando se tuviera que repostar».

Poco después de las seis de la tarde el incendio se dio por estabilizado y todavía no eran las siete cuando quedó controlado, con un balance de 3,8 hectáreas quemadas y la previsión de control durante la noche --y hoy-- de dos unidades, para repasar el perímetro y evitar rebrotes.

Aunque es pronto para determinar las causas, una investigación que queda en manos del Seprona y la Conselleria, cabría la posibilidad de que el origen hubiera sido un rayo. Fuentes de los Bomberos detallaron que «hace unos días hubo mucha tormenta y el incendio se ha producido en las horas centrales del día, cuando más calor hace, en el momento más propicio para que se produzcan este tipo de fuegos».