El Tribunal Penal Internacional para la ex-Yugoslavia (TPIY) vivió ayer un drama inédito. Durante la vista final en la que se anunciaba la sentencia contra seis exdirigentes y jefes militares de los croatas de Bosnia, acusados de crímenes de guerra, uno de ellos, el exgeneral Slobodan Praljak, se tomó un veneno en el banquillo de los acusados mientras escuchaba el veredicto: 20 años de cárcel. Praljak fue trasladado a un hospital de La Haya.

«Praljak no es criminal; rechazo vuestro veredicto», espetó el exmilitar, de pie, cuando se le leyó la sentencia. Inmediatamente sacó un pequeño frasco de su bolsillo y bebió el contenido. «Acabo de tomar un veneno», explicó. Volvió a sentarse y quedó desplomado en la silla. El abogado defensor confirmó que su cliente había «tomado veneno».

Ni que decir cabe que la vista judicial fue suspendida inmediatamente. Una ambulancia estaba en el edificio y el personal sanitario corrió a la sala del tribunal.

Praljak, de 72 años, y alto responsable militar de las fuerzas croatas de Bosnia, murió en un hospital de La Haya horas después de ingerir la sustancia. Los servicios sanitarios intentaron sin éxito salvar su vida.

El juicio de ayer era de apelación. Cuando se produjo el incidente, los jueces ya habían confirmado también las condenas a los demás acusados en la citada causa, que recibieron penas de cárcel de entre 10 y 25 años.