Policía Nacional, Guardia Civil y la unidad adscrita a la Generalitat han desmantelado una red presuntamente criminal en Castellón dedicada a la manipulación de camiones para saltarse la ley. Los implicados realizaban modificaciones en los tacógrafos de los tráilers para evitar hacer los descansos reglamentarios y también cambiaban el sistema de emisión de gases, según han informado fuentes de la Policía Nacional.

Por el momento, hay cuatro detenidos, entre ellos un electricista y el responsable de un taller de la provincia. Sin embargo, la operación (denominada Blueman) continúa abierta y no descartan nuevos arrestos en los próximos días. Hasta el momento, los investigadores han localizado más de 30 camiones manipulados.

Todo apunta a que el cabecilla de la trama era un extrabajador de un importante concesionario de camiones de Castellón.

Según informaron ayer desde la comisaría provincial, el varón ofrecía a los autónomos la instalación de estos sistemas ilegales a cambio de 1.500 euros.

INICIO DEL CASO / La investigación policial comenzó a finales del verano pasado, cuando los agentes de la Policía Nacional tuvieron conocimiento de que un hombre, que había trabajado para una importante empresa de tráilers, aprovechaba sus conocimientos técnicos para instalar en los camiones emuladores para eludir las normas medioambientales europeas. Asimismo, descubrieron que también manipulaba los tacógrafos oficiales, de forma que los conductores podían circular durante más horas de las permitidas o, incluso, a más velocidad de la reglamentaria.

Requirieron entonces la colaboración del grupo de investigación de la agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, y de la unidad encargada de la preservación del medio ambiente del grupo policial adscrito a la Comunitat.

El principal investigado quedaba con chóferes autónomos o empresarios del mundo del transporte y les ofrecía manipularles la emisión de gases. Lo mismo hacía con los tacógrafos digitales de los camiones. Aprovechaba los conocimientos que había adquirido en sus años como electricista en un concesionario de camiones para cometer sus delitos.

Para su actividad, contaba con la colaboración de un pequeño taller de electricidad de camiones, que estaba autorizado por el Ministerio de Industria para llevar a cabo las inspecciones reglamentarias a los tacógrafos.

La colaboración con este taller era indispensable, según los agentes, puesto que así podía disponer de los precintos oficiales que llevan los tacógrafos, además de las herramientas adecuadas para las manipulaciones.

Los investigadores han tomado declaración a varios autónomos, que han reconocido que los investigados les habían hecho las manipulaciones ilegales mencionadas, pagando por ello unos 1.500 euros (300 por el AddBlue y otros 1.200 por el tacógrafo).

Una vez recopilada toda la información, los agentes detuvieron a cuatro personas. Dos de ellas están consideradas las principales implicados: el electricista y el responsable del taller.

La investigación policial para el total esclarecimiento de los hechos continúa abierta y ahora no descartan que haya nuevas inspecciones en empresas del sector en la provincia de Castellón.