El gato de Verónica Lleó, vecina de la playa de Almassora, regresó a casa el domingo por la noche gravemente herido. El animal había recibido dos tiros con un rifle de perdigones y sangraba abundantemente. Su dueña lo llamó para que acudiera a comer y descubrió al gato cojeando y malherido. “Estaba tan mal que los veterinarios no sabían ni por dónde le habían entrado las balines exactamente”, reveló la propietaria en declaraciones a Mediterráneo, indicando que el felino tiene los perdigones alojados al lado de la columna vertebral. Los especialistas, que han realizado una colonoscopia al gato, todavía no saben si superará las graves lesiones, aunque, por suerte, los balines no le afectaron a ningún órgano vital del animal.

“Tengo mis sospechas de quién ha podido ser, pero no quiero acusar sin pruebas. Prefiero que los agentes lo investiguen, aunque veo difícil que se pille al culpable”, explicó la propietaria justo antes de dirigirse al cuartel de la Guardia Civil a denunciar. H