Dos trabajadores de Novocar aseguraron ayer, en la sexta sesión del juicio contra Miguel López, por el asesinato de su suegra, María del Carmen Martínez, viuda del expresidente de la CAM, que el acusado llevó la misma ropa en el horario de trabajo y cuando se le llamó para que volviera al concesionario, tras descubrir a su suegra agonizando después de recibir los dos disparos el 9 de diciembre de 2016.

El director de Novocar mantuvo que comió con López el día del asesinato y que llevaba un jersey azul y unos pantalones grises y que cuando lo vio en el concesionario, tras ser avisado del suceso, iba vestido de la misma manera. Precisó que por la noche, tras los hechos, se acercó al concesionario, que la policía no le permitió acceder y que vio a López que le comentó lo sucedido.

El empleado dijo que trabajó 21 años en la empresa a las órdenes de López, de quien señaló que no podía valorar si estaba «afectado» por la muerte de su suegra, pero consideró que «en absoluto» estaba «inquieto». Le definió como una persona «activa», pero no le definió como «nervioso».

Por su parte, el jefe de Sala y de Administración confirmó, a preguntas del fiscal, que Miguel López «volvió» al concesionario, tras ser avisado de los hechos «con la misma ropa», que era «un pantalón azul marino y una chaqueta larga». Asimismo, reiteró que no notó que llevara el pelo mojado por ducharse y ni haber realizado un cambio de ropa.