Una empleada encargada del avituallamiento del personal que acompaña al cantante Paul McCartney la emprendió en la madrugada del miércoles a patadas, puñetazos y mordiscos con agentes de la Policía Nacional y controladores de la discoteca madrileña Joy Eslava, en pleno centro de la capital. La mujer, en estado ebrio y de 25 años, se negó a entregar la documentación a los agentes. Tras un juicio rápido, la acusada pudo acudir al concierto del cantante. RD