Las víctimas del policía local de Burriana José Antonio M.M., acusado de abusar y agredir sexualmente a, al menos, ocho menores e intentarlo con otros tres, superan la veintena, según declaró ayer uno de los testigos protegidos del caso, con los que el agente mantuvo, presuntamente, relaciones sexuales bajo amenazas.

“Ejercía violencia física durante los abusos y estuvimos viéndonos durante uno o dos años. Me llevaba a una zona apartada de huertos, me penetraba y luego me daba dinero”, relató el joven al tribunal, revelando también que el agente llevaba en su coche “una bolsa llena de billetes” porque “trapicheaba e intercambiaba favores policiales por dinero”.

Investigadores de la Guardia Civil hallaron durante el registro domiciliario en casa del policía local más de 20.000 archivos de contenido sexual, entre los que había también fotos de las víctimas desnudas. Seis de los afectados declararon ayer sus experiencias durante la segunda jornada del juicio en la Audiencia Provincial.

Un joven rumano, que se encuentra actualmente en su país natal y no está citado como testigo, es al que la mayoría de las víctimas señalan como reclutador de jóvenes. “Él me decía que quedara con el policía, que me podía ayudar con mis problemas judiciales, que me compraría lo que quisiera. Prácticamente me lo rogaba, parecía desesperado”, explicó otro de los denunciantes.

AMENAZAS CONSTANTES // Las amenazas y coacciones del agente de Burriana eran, según los afectados, constantes. “Llamaba a todas horas para saber dónde estaba y con quién. Me decía que si me veía con otro, me cortaría los huevos. En mi casa faltaba comida, mi padre había estado en la cárcel y yo no sabía qué hacer”, relató, muy afectado. La víctima explicó que el acusado le obligó a autoinculparse en un hurto en unos almacenes de Castellón para que el menor que hacía las veces de reclutador no entrara en un centro. El juicio acaba mañana con la lectura de los informes. H