La Audiencia Provincial de Castellón sentó ayer en el banquillo a un hombre, acusado de violar a su cuñada menor de edad en Benassal durante los años 2015 y 2017. El procesado, de origen rumano, se negó a responder a las preguntas de la Fiscalía, por lo que el tribunal dio lectura a la declaración que sí hizo en instrucción y en la que reconoció haber tenido dos encuentros sexuales con la niña cuando esta tenía 14 y 15 años. En ese momento procesal, el acusado admitió que «la primera vez ella se negaba un poco, pero que luego ya no dijo nada».

Los dos forenses del Instituto de Medicina Legal que se entrevistaron con la adolescente dijeron al tribunal que la menor presentaba «inestabilidad emocional» y «negación de los hechos». «Cuando le preguntábamos por los presuntos abusos, decía que para ella era mejor no recordarlo y recomendamos que recibiera tratamiento psicológico», dijeron los dos peritos judiciales.

Aunque fueron la niña y su madre quienes se presentaron en el cuartel de la Guardia Civil tras destaparse los hechos para interponer una denuncia, la víctima se acogió ayer a su derecho a no declarar. Tampoco habló el familiar --un tío de la menor-- que descubrió los presuntos abusos.

Para sorpresa del tribunal, el hombre que en su día aseguró haber sido testigo de las relaciones delictivas, dijo ayer no recordar nada de lo ocurrido. Añadió que padece «una enfermedad» que le da «mucho dolor de cabeza» y que solo le permite acordarse de lo que hizo ayer. El magistrado presidente le apercibió de su obligación legal de contar la verdad, pero el hombre volvió a repetir lo mismo en el juicio.

La Fiscalía mantuvo la petición de 25 años de cárcel por un delito de agresión y otro de abusos, además de otros diez de libertad vigilada. Por su parte, la defensa pidió la nulidad del procedimiento aduciendo que la Guardia Civil no explicó en su día a la menor y a varios familiares que podían acogerse a su dispensa a no declarar debido a su parentesco.