La pequeña población de Vila-seca (Tarragona) se vio agitada ayer por los disparos de una escopeta de caza en plena calle del casco antiguo, que acabaron con la vida de dos personas, una de ellas se ha convertido en la cuarta víctima de la violencia machista en lo que va de año en España.

Los hechos ocurrieron hacia las 9.30 horas de la mañana. Santos G.M., de 59 años, disparó y mató a su pareja, Lucinda E.M., de 43 años. Seguidamente, según fuentes de los Mossos, el presunto homicida se disparó en el vientre y falleció horas después en el Hospital Joan XXIII de Tarragona, adonde había sido trasladado por las graves heridas sufridas.

Las informaciones de los vecinos y conocidos de la pareja señalaron versiones contradictorias sobre la convivencia y las relaciones de los dos fallecidos. Algunos los definieron como “una pareja normal que siempre iba acompañada de sus hijas”, mientras que otros mencionaron algunos conflictos de pareja ocurridos durante los últimos meses.

Amigos de los fallecidos informaron que ella habría abandonado el domicilio familiar hace tres días con su hija pequeña. Los dos eran muy conocidos en el pueblo. Santos tenía un taller de reparación de lavadoras y otros electrodomésticos; y Lucinda también “llevaba toda la vida viviendo en Tarragona”, explicaron. H