El sexting es una de las modalidades de estafa amorosa más extendida en internet. Sus tentáculos se expanden por todo el mundo y Castellón no es una excepción. En la capital de la Plana, la Policía Nacional investiga casos en los que mafias se hacen pasar por chicas jóvenes y guapas, que contactan por Facebook con hombres de la provincia. Comienzan a chatear con ellos, a piropearlos y entablan una especie de relación on line en la que las víctimas se siente cómodas y halagadas.

Las mujeres con las que el afectado habla son de origen senegalés, colombiano, ruso o ucraniano. En un momento dado de la conversación, la chica le pide al hombre hacer una videollamada y en el transcurso de la misma le propone que ambos comiencen a quitarse ropa para mantener una relación sexual por internet.

El varón accede sin saber que su interlocutora va a grabar en vídeo la llamada, almacenando imágenes en las que él sale desnudo y masturbándose.

MENSAJE AMENAZANTE / Una vez esta videollamada concluye, el afectado recibe un mensaje en su cuenta que le advierte que el sexo telemático ha sido capturado. Lo extorsionan y le piden cantidades que van desde los 1.500 a los 5.000 euros, en función del poder adquisitivo de la víctima, o mandarán el vídeo erótico a todos sus contactos de Facebook (familiares, amigos, compañeros de trabajo, jefes, etc.).

No existe un perfil concreto de hombre que sumube a este engaño sentimental. Entre los estafados en la provincia hay empresarios de mediana edad y también jóvenes con un nivel de vida medio, según confirman desde el grupo de la Policía Nacional que investiga estos complejos casos.

Algunas de las víctimas deciden pagar el montante que la mafia les pide con tal de que el cibersexo mantenido no vea la luz. Otros de los varones deciden acudir a la comisaría a denunciar los hechos, momento en el que los agentes inician la investigación.

En estas ocasiones, los extorsionadores suelen enviar un trozo del vídeo capado para atemorizar al denunciante y lograr el pago. Hay veces en las que lo consiguien y, en otras, el afectado no cede y estas bandas acaban por desistir. Los investigadores han rastreado en numerosas ocasiones las transferencias que algunas de las víctimas de Castellón han realizado para intentar detener el envío masivo de imágenes.

Las mismas tienen como destino países como Somalia, India, Guinea o Chile y resulta extremadamente complicado averiguar la IP del ordenador desde el que se han hecho las grabaciones. Aún así, la policía anima a denunciar y alerta de que el pago financia la continuidad del fraude.