La Guardia Civil investiga el macabro hallazgo de un cadáver en una finca agrícola de Nules. Fue el dueño de la propiedad, un vecino de la Vilavella, quien descubrió el cuerpo sin vida, en avanzado estado de descomposición. Cuando acudió a trabajar a su parcela, notó un fuerte hedor y, creyendo que se debía a la presencia de algún animal muerto, siguió el rastro, topándose con el fallecido frente a un pozo.

Según ha podido saber Mediterráneo, el vecino ni siquiera se acercó al cadáver. Horrorizado, se limitó a acudir de inmediato al Ayuntamiento para denunciar los hechos ante los agentes de la Policía Local de la Vilavella, a quienes les indició que debían acompañarle hasta su terreno, ubicado en el término de Nules, sin especificar ni siquiera el motivo.

Así lo hicieron los policías, que se personaron en el lugar y, al ver el cuerpo, pusieron los hechos en conocimiento de la Guardia Civil. Los agentes de la Benemérita acordonaron la zona y avisaron a la Policía Judicial y a la Científica, ya que se trata de la investigación de un presunto crimen.

UNIDAD ESPECIAL

De hecho, el equipo especial de Homicidios del instituto armado se ha hecho cargo del caso, del que han trascendido muy pocos detalles.

Aunque todas las partes implicadas están compartiendo un absoluto hermetismo, lo cierto es que resulta difícil ocultar la evidencia de un cordón policial que corta el acceso al huerto de naranjos donde se encontró a la persona asesinada. El boca a boca ha hecho imposible guardar el secreto de una nueva muerte violenta en la provincia.

Los alcaldes de Nules y la Vilavella, David García y Manel Martínez, confirmaron ayer conocer los hechos, pero en ambos casos y por indicación de los responsables de la investigación afirmaron no poder compartir ni el «más mínimo detalle» de un suceso, cuanto menos, muy extraño.

El principal interrogante es la identidad del cadáver. Este periódico ha podido confirmar que se trata de un hombre. A partir de ahí, solo existen especulaciones y rumores, dado que las fuentes oficiales mantienen el secretismo sobre el caso y los vecinos, especialmente de la Vilavella, lo comentan con la boca pequeña por el temor que les genera un crimen de estas características.

Y es que, a pesar de que el hallazgo se produjo hace unos diez días, la noticia no se ha conocido hasta ahora. Los interrogantes del caso, más allá de saber quién es el fallecido, son múltiples: ¿Cómo llegó hasta allí?, ¿Cuánto tiempo llevaba en la parcela donde apareció su cadáver? y, sobre todo, ¿Quién lo asesinó...?.