M uestras del cadáver del parricida de la Ribera de Cabanes serán llevadas al Instituto de Toxicología de Barcelona para analizar si consumió algún tipo de sustancia exógena como un medicamento o una droga , y que explicara científicamente su impredecible conducta al asestar varias puñaladas a sus hijos mientras dormían en su habitación del apartamento en el que pasaban las vacaciones de la playa Torre la Sal, en la Ribera de Cabanes.

El Instituto de Medicina Legal de la capital de la Plana ha realizado la autopsia del cuerpo sin vida del hombre y también del cadáver de su hijo, apuñalado por su propio padre, y cuyo resultado se conocerá durante las próximas jornadas. Prácticamente se da por hecho que el varón sufrió un brote psicótico que le llevó a matar a su hijo de 12 años e intentó también asesinar a su hija de 10.

Mientras, la madre de las criaturas, que sufre estrés postraumático, se encuentra con sus familiares en Perales del Río, pedanía de Getafe, donde residen, y cuyo Ayuntamiento se ha ofrecido a prestar ayuda psicológica a la mujer. También en la población madrileña se ha vivido con consternación este suceso, ya que la familia es muy conocida en este agregado urbano de 9.000 habitantes. La niña, fuera de peligro, continúa ingresada en la Unidad de Cuidados intensivos (UCI) del Hospital General de Castelló.

«Mi marido no sufría ninguna enfermedad mental. No sé que le ocurrió, le daría algo en la cabeza», cuenta la esposa, quien asegura que no había mantenido nunca una pelea previa con él.

Vecinos de Perales del Río consideran que el parricida era un «padre protector» con sus hijos y que siempre estaba pendiente de ellos. Aseguran que, por ejemplo, cuando estos jugaban fuera de casa, él permanecía asomado a la ventana velando por su seguridad. «Se desvivía por todos», explican, todavía consternados por lo sucedido el pasado domingo en Cabanes. H