Nos prometía ayudarnos en nuestros problemas judiciales, a cambio de que fuéramos obedientes y nos dejáramos cachear. Decía que tenía un cargo muy importante y que si contábamos algo, acabaríamos en prisión”.

Así relataron ayer varias víctimas del policía local de Burriana José Antonio M.M., acusado de abusar sexualmente de al menos ocho menores, cómo vivieron los presuntos abusos y agresiones a los que fueron sometidos, según la Fiscalía, entre el 2007 y el 2014.

El agente, que se enfrenta a 98 años de cárcel y lleva casi dos en prisión provisional, negó taxativamente los hechos y habló de un complot para sacarle “el dinero”. Por su parte, los cinco jóvenes que declararon ayer durante la primera jornada del juicio contra el agente, que se celebra en la Audiencia Provincial de Castellón, conocieron al efectivo policial del mismo modo, a través de algún amigo que los presentaba.

Los testigos relataron cómo el policía los montaba en su coche, les mostraba fotografías de otros jóvenes en ropa interior y les decía que si hacían lo que él decía, él rompería sus expedientes judiciales porque “tenía mano para eso”. Uno de los afectados, que declararon como testigos protegidos, relató su primera relación sexual con el agente. “Paramos en un descampado, me pidió que me colocara contra el coche y me fue tocando y desnudando. Me dijo que estuviera quieto y me penetró. Yo tenía 16 años, estaba muy perdido, me daba miedo denunciar”, describió la víctima, que reconoció haber grabado una conversación con el acusado en un segundo encuentro y haberla entregado a la Guardia Civil.

Otro de los denunciantes aseguró haber mantenido encuentros con José Antonio M.M. “dos o tres veces a la semana durante un año y medio” en un despacho de calle Padre Vela de Castellón. “Había un colchón en el suelo, le gustaba que yo no quisiera hacerlo y me daba dinero. Yo era un niño y tenía miedo”, declaró. H