Asaltó la casa de una anciana de la Llosa a la que conocía de toda la vida para robar dinero y joyas con las que pagar su adicción a las drogas y acabó asfixiándola hasta la muerte, tras ser descubierto por la víctima. Así lo reconoció ayer Lucio D.L., el joven de 20 años que se enfrenta a los delitos de homicidio, robo con violencia y robo con fuerza en casa habitada. El fiscal pide para él un total de 26 años y medio de cárcel por unos hechos que sucedieron en el mes de marzo del 2017.

«Yo no quería matarla. Estaba en su dormitorio y me descubrió. Forcejeé con ella y le apreté el cuello hasta dejarla sin respiración. Lo que buscaba era solo dormirla», declaró el homicida confeso, derrumbado ante el tribunal de la Sección Primera de la Audiencia Provincial. El procesado reconoció, a preguntas del Ministerio Público, que entró a robar en la casa de Avelina Álvarez, de 81 años, en dos ocasiones en menos de una semana. «Me llevé unos relojes, una cadena de oro y algo de dinero», explicó Lucio D.L., alegando que tenía una gran adicción a la cocaína y que robaba «para poder consumir».

El primer robo lo cometió, sin ser descubierto, el 9 de marzo del 2017. Seis días después, regresó porque «tenía el mono y necesitaba más». Al ser sorprendido por la dueña de la casa, el acusado sostuvo que intentó salir de allí y lanzó «dos puñetazos» a la mujer. «Ella trató de cogerme y yo le puse el brazo sobre el cuello e hice fuerza. Me arañaba y me mordía y yo seguí haciendo fuerza», confesó entre lágrimas el vecino de la Llosa, quien acabó reconociendo que llegó un momento en el que la dejó «caer al suelo» y notó «que ya no tenía pulso».

«Me puse muy nervioso, estaba todo lleno de sangre. Cogí un mocho para limpiarlo y luego lo lancé a un descampado. Sustraje unos objetos y luego los tiré a una acequia porque no tenían valor», contó al fiscal. Lucio D.L. reveló lo ocurrido a su hermano y también dijo a otros dos amigos que había asaltado la casa de Avelina Álvarez --uno de ellos está acusado de un delito de receptación por haber cogido unos 20 euros que le dio el homicida confeso--.

Ese amigo fue, como él mismo admitió ayer, quien dijo al presunto autor del crimen que la anciana tenía dinero en casa. Lo había oído decir a un familiar.

«TODOS LO SABÍAN»

El policía local de la Llosa que descubrió el cadáver acudió a la casa con unas allegadas de Avelina Álvarez porque «nadie sabía nada de ella». «El comedor estaba revuelto y el cuerpo, en el suelo. Automáticamente, llamé a la Guardia Civil», explicó el agente. Por su parte, un componente del equipo de Homicidios afirmó que «todo el mundo en la Llosa sabía lo que había pasado». «Se lo contaban de unos a otros y no fue difícil identificar al autor. Lo admitió y colaboró», dijo. El juicio sigue el viernes con la declaración de los peritos.