La muerte de un bebé de tan solo diez meses esta semana en Almassora, a manos, presuntamente, de sus padres, ha conmocionado a la provincia. El padre, de 20 años, y la madre, de tan solo 17, han ingresado en prisión y en un centro de menores respectivamente. Un nuevo crimen contra natura en Castellón, que ha registrado terribles parricidios en los últimos años que han saltado a los telediarios de todo el país.

EL BEBÉ DE ALMASSORA

Los servicios sociales de Almassora investigaban a una pareja residente en la calle San Pedro desde que el hijo de ambos tenía solo dos meses de vida. El bebé presentó con esa edad una fractura de húmero y se abrió un expediente por supuesto maltrato. Desde entonces, una trabajadora social visitaba periódicamente la casa --incluso durante los meses de confinamiento--. La última inspección la realizó el pasado 10 de septiembre y encontró al pequeño en buen estado. Tres días después, un pediatra del hospital dio la voz de alarma al comprobar las gravísimas lesiones que presentaba el bebé. La Guardia Civil procedió a la detención de los progenitores, quienes presuntamente golpearon brutalmente al niño contra los barrotes de su cuna para que dejara de llorar. Dos días después, el bebé fallecía en el Hospital General a consecuencia de las lesiones infligidas en su cabeza.

DOBLE PARRICIDIO

El asesinato de Nerea y Martina, de seis y dos años, a manos de su propio padre hizo que Castellón saliera a la calle y mostrara su repulsa por el doble parricidio. Ricardo Carrascosa acabó con la vida de sus dos hijas con un hacha mientras estas dormían y después se quitó la vida, lanzándose desde una ventana de su casa, en la capital de la Plana. Lo hizo después de haber amenazado a su exmujer con quitarle «a lo que más quería», como consta en la denuncia interpuesta por la madre de las niñas. El asesino pretendía vengarse de su expareja por la separación y por la alerta que dio la mujer a la policía al temer que algo malo pudiera pasarle a sus pequeñas.

«Soy una madre sin hijas. De un día para otro me quitaron lo que más quería. Denuncié y pedí ayuda, pero su padre las mató. Tenían seis y dos años. Mi vida cambió bruscamente hace justo un año», dijo la madre, Itziar Prats, en una entrevista concedida en el primer aniversario de la muerte de sus hijas. «Mi vida ahora es otra. Cuando pasó todo me mudé lo más rápido que pude. Mi idea era vaciar la casa, irme de Castellón donde no podía estar ni un minuto más. Era como una autómata. Me vine a Madrid, a mi casa y a mi habitación de siempre. Al principio, era como si no hubiera formado una familia. Volvía a ser una adolescente que vive con sus padres, como si no hubiera tenido hijas, como si esto no hubiera existido», escribió en una carta desgarradora la exmujer del doble parricida Ricardo Carrascosa.

CRIMEN EN BENICÀSSIM

Durante el verano del 2016, el asesino Óscar Lozano --condenado a 70 años, la mayor pena de prisión de la historia provincial-- mató a sangre fría a su mujer e intentó lo mismo con sus dos hijos de 10 y 13 años, quienes, por suerte, pudieron recuperarse de las lesiones. El ya sentenciado acabó con la vida de su esposa, Krisztina Szabo, ante la intención de esta de poner fin a su relación. Más tarde, apuñaló a sus hijos. Como ya publicó el día del juicio este periódico, el asesino se limitó a decir, de forma impasible: «Me declaro culpable y pido perdón a la familia de Krisztina». Ni una sola palabra dirigida a sus dos hijos, a quienes también intentó matar.

DOS VIDAS EN VILA-REAL

Vila-real amaneció el 28 de octubre del 2013 con la trágica noticia de la muerte --a manos de Vicente Monzonís-- de su esposa, Rosario Sempere, y del hijo de ambos, Jorge, de tan solo 10. El asesino, tras acabar con la vida de su mujer a cuchilladas y asfixiar al pequeño, se lanzó a la calle desde la terraza de su vivienda, como publicara entonces Mediterráneo .

No existían denuncias previas por malos tratos entre el matrimonio, que tenía problemas económicos, y con la muerte del autor material, la responsabilidad quedó --al igual que en el crimen de Martina y Nerea-- extinta. H