Los Mossos d’Esquadra arrestaron ayer a un inspector del Cuerpo Nacional de Policía que entró ebrio en una pastelería de Barcelona y dijo a los clientes que les mataría si no dejaban de hacer ruido, mientras les enseñaba el arma reglamentaría que llevaba al cinto. Según explicaron fuentes cercanas a la investigación, los agentes de los Mossos localizaron al inspector en su domicilio y lo detuvieron tras intervenir el arma y la credencial policial. Los hechos han ocurrido en un establecimiento situado en el barrio barcelonés de Sarrià, al que el inspector acudió bajo los efectos del alcohol.