Un agente de la Guardia Urbana mató de un disparo a una perra, una american stafford, durante la madrugada del miércoles al jueves en los jardines de Mossèn Cinto Verdaguer, en Barcelona.

La policía recibió al filo de la medianoche una llamada de una vecina que les advertía de que «una jauría de perros» estaba atacando a sus amigos. Los agentes se dirigieron hacia el lugar y se encontraron, según su versión, con un chico sangrando con una herida en la pierna. Más adelante vieron a seis perros sin atar, dos potencialmente peligrosos, muy alterados, y a otro chico herido.

Los efectivos actuaron entonces según el protocolo, según explica el comisionado de Seguridad Amadeu Recasens, pero «fue imposible pararlos con las porras y otros sistemas». «Los animales mordieron a los urbanos y no hubo más remedio que abatir a uno de los seis perros de un disparo», prosigue el comisionado, quien describe la situación como «grave en todos los sentidos».

Antes de disparar al animal, el agente se metió en el agua del pequeño lago que hay en el parque, pensando que quizá los animales no entrarían, pero le siguieron igual y en la misma actitud.

La Policía Local ha denunciado al responsable de los perros, que no era su propietario. Según recalca Recasens, está prohibido tener más de un perro potencialmente peligroso y la persona que los paseaba llevaba dos. También lo está no llevarlos sin atar.