Visto para sentencia. Así ha quedado el juicio que se celebró ayer en la Sección Primera de la Audiencia Provincial en el que se sentaron en el banquillo cuatro internos del centro penitenciario Castellón I, acusados de participar en una pelea en la que uno de ellos arrancó a otro parte de un dedo de un mordisco.

Finalmente, ante las pruebas testificales de los funcionarios de prisiones, el Ministerio Público retiró, en sus conclusiones finales, la acusación contra dos de los procesados al no quedar acreditado que estuvieran presentes durante la reyerta.

Los hechos se produjeron el día de Reyes del 2017 en la sala de televisión de la cárcel, cuando los presos se enzarzaron en una pelea, en la que uno mordió a otro y le arrancó la falange de un dedo de la mano izquierda.

La Fiscalía solicita para el principal acusado una pena de cuatro años de prisión por un delito de lesiones y para el otro una pena de multa por un delito leve de lesiones. En el apartado de la responsabilidad civil, el Ministerio Público pide una indemnización de 5.000 euros para el hombre que sufrió la amputación de parte de un dedo por las secuelas producidas y otros 1.830 por las lesiones sufridas.

Durante la vista, los internos no quisieron responder a las preguntas de las partes. La defensa del reo que mordió al otro aseguró que su cliente lo hizo en legítima defensa, ya que durante la pelea fue cogido del cuello, lo que hacía «peligrar» su vida.

De todos modos, según remarcó la fiscal, ambos se retaron para pelarse en la sala de televisión de la prisión, ya que allí no hay cámaras de seguridad, por lo que ambos «aceptaron» pegarse, tras haber pegado uno de ellos con anterioridad a otro interno.

Este tesis fue también defendida por los dos funcionarios de prisiones que declararon como testigos, uno de ellos por videoconferencia, quienes a raíz de los hechos acontecidos elaboraron un informe, que obra en la causa, sobre cómo pudieron suceder el altercado, teniendo en cuenta los testimonios de los testigos y las cámaras de seguridad de otras áreas de la cárcel.

Hay que resaltar que el juicio de ayer debía haberse celebrado el pasado 1 de febrero, pero el acusado de morder parte de un dedo no se presentó a la vista, a pesar de que conocía, según relató entonces su letrado, que debía presentarse en el juzgado. Ante estos hechos, la Sección Primera de la Audiencia Provincial dictó una orden de busca y captura contra él. Ahora se encuentra en prisión, ya que a la vista de ayer llegó desde la cárcel esposado bajo vigilancia policial.