Los robos en masets de Vila-real no cesan. El jueves por la noche los cacos entraron en otros cinco viviendas del entorno del camí Cuquello, donde ya se han producido otros tres episodios similares en el último mes.

El modus operandi fue igual que en las ocasiones anteriores: los ladrones entraron a las casas forzando o rompiendo las vallas y las verjas de las ventanas, y se llevaron televisiones, ordenadores, joyas y el dinero que hallaron.

Mediterráneo ya publicó en su edición del miércoles que la oleada de hurtos no se había detenido, pues el lunes hubo otros dos atracos. La preocupación de los vecinos de la zona es tal que hoy, a las 12.30 horas, han organizado un encuentro para buscar soluciones que permitan incrementar la seguridad en los masets. Muchos de ellos ya han optado por instalar sistemas de vigilancia.

Una de las afectadas por los robos del jueves explicó a este diario que, en su caso, le resultará más caro reparar los desperfectos en los ventanales que el precio que tendrían en el mercado los objetos que se llevaron los ladrones.

Los hurtos del jueves se produjeron en un mismo camino que da a la plaza donde los vecinos celebran sus fiestas en agosto. De hecho, de las ocho viviendas que hay allí, los cacos lograron entrar en cinco, y solo se dejaron las que están habitadas durante todo el año, lo cual hace pensar a los afectados que los asaltantes saben qué casas están vacías.