Un total de 14 testigos declararon ayer en la tercera sesión del juicio por el asesinato de Diana Quer, una jornada en la que contradijeron dos de los elementos clave de la declaración el Chicle, que había acudido hasta A Pobra a esas horas de la madrugada para robar gasóleo y que se encontró con la víctima en una calle «oscura» en la que se estacionaban los camiones y caravanas de los feriantes, la calle Venecia.

Hasta nueve feriantes prestaron declaración ante el jurado --algunos de ellos por videoconferencia-- y contaron, a preguntas de las partes, que ninguno notó que le faltase combustible de sus camiones, coches o caravanas, ni que alguno de sus compañeros hubiese comentado algo así.También admitieron que la calle era «oscura» y negaron haber escuchado ningún ruido durante aquella madrugada.

Otro de los puntos de conflicto con la versión del Chicle es la ruta seguida por Diana Quer aquella noche. En concreto, según el acusado, la chica se le apareció «de frente» en la calle Venecia mientras él transportaba las garrafas con el combustible, por lo que, asustado, la agarró por el cuello y la estranguló «sin darse cuenta».

Sin embargo, la última persona que vio con vida a Diana Quer, una joven menor de edad, dijo que la víctima caminaba no por la calle Venecia, si no por una vía más «iluminada» y paralela a ésta, el paseo del Arenal, en dirección «recta» y hacia su casa.

La testigo apuntó que vio a Diana en torno a las 2.30 horas de la madrugada, mientras ella misma regresaba a su domicilio, y describió su ropa, añadiendo que iba utilizando su teléfono móvil. La joven la ubicó en dirección a unas naves abandonadas.

SU ÚLTIMO MENSAJE / En esta tercera jornada también declaró el joven con el que Diana Quer se estaba mandando mensajes a través de Whatsapp cuando la testigo la vio caminando de regreso a su domicilio. La víctima, según narró, le dijo a través de mensaje que «volvía a casa y tenía poca batería». «Como a los 10 minutos, me dijo que un gitano la estaba llamando», señaló. Según las diligencias, Diana envió un mensaje que decía ‘Me estoy acojonando, un gitano me está llamando’ y además aseguró que le había dicho ‘Morena, ven aquí’.

El joven, que sintió que Diana «tenía miedo», volvió a preguntarle sobre este hecho pero, según afirmó, el mensaje no le llegó. Tampoco recibió el teléfono de Diana Quer el mensaje en el que, a la mañana siguiente, le daba los buenos días.

Finalmente, en esta sesión también declaró el mariscador que encontró el móvil de Diana meses después de su desaparición en la ría, quien ha asegurado que el aparato estaba «laminado» y parecía dañado, pero garantizó que ni él mismo ni otra persona de su círculo cercano intentó desbloquearlo o manipularlo antes de entregarlo a la Guardia Civil.