La tarde del viernes transcurría con normalidad en Sálvame, hasta que la Policía Nacional irrumpió en los estudios de Mediaset para localizar a uno de los colaboradores. Al enterarse de esta inesperada visita, Kiko Hernández, que estaba al frente del programa, se encargó de comunicar en directo a los tertulianos que uno de ellos debía abandonar el plató de manera inmediata.

«Gustavo González, acompáñame», dijo a continuación, sin alargar demasiado el misterio, mientras el tertuliano no ocultaba su cara de sorpresa. Los demás colaboradores, por su parte, se quedaron más tranquilos al conocer que no eran ellos los buscados por las autoridades. Acto seguido, tanto Kiko como Gustavo abandonaron el plató para acudir al encuentro con los agentes.

«No me preocupa nada, será alguna notificación», decía Gustavo por los pasillos, entre risas, mientras le restaba importancia al asunto. El propio Kiko se ocupó de relatar a los espectadores lo que veía desde la distancia, al no poder grabar la conversación entre el paparazzi y la policía.

Minutos después, Gustavo regresó y compartió con los espectadores los motivos por los que estaba siendo buscado: «Era por la documentación de un pleito tengo, pero no me preocupa. Es por unas fotos que hicimos, una persona nos demandó». Al escuchar esto, Kiko aseguró que la persona en cuestión se trataba de la presentadora Mariló Montero.