Numerosos inquilinos y escasas viviendas. Esta es la disyuntiva del mercado del alquiler como domicilio habitual en la provincia de Castellón. La falta de oferta es generalizada, aunque es en la capital de la Plana donde este problema se agudiza. No hay pisos para arrendar. Y es que, si hasta hace unos años, esta práctica se veía por una gran mayoría como una mala inversión, ahora son muchos los que optan por ella para disponer de una vivienda a medio plazo.

Así lo señala la vicepresidenta del Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (Coapi) de Castellón, Nuria Marco, quien asegura que la demanda de estudiantes universitarios, personas que vienen a trabajar de forma temporal o gente que no puede comprar es «brutal». La falta de inmuebles es tal que las inmobiliarias, que a veces suelen colaborar entre ellas si tienen un cliente que no encuentra lo que busca, «no tienen casi nada para ofrecer». Esto está llevando a que se alquilen habitaciones en casas particulares, especialmente, en el caso de los estudiantes, según apunta Marco al respecto.

Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) refrendan que el alquiler va ganando terreno en la provincia. De las 231.000 viviendas principales que se contabilizan en la provincia, 36.200 están en régimen de alquiler, un 15,6%. Hace tan solo dos años la cifra ascendía a 34.500.

TARIFA

El precio medio del alquiler en la capital de la Plana está en unos 500 euros al mes, tanto en la zona nueva, donde las viviendas disponen de más comodidades, como en el centro, donde suelen ser más viejas, pero prima la ubicación. El piso tipo es de tres habitaciones y dos baños. La vicepresidenta de Coapi explica que, a pesar de que la demanda sobrepasa en exceso a la oferta, los precios no suben, ya que una vez se supera la barrera de los 500 euros, la demanda cae. «Aquí los sueldos no son muy altos y los clientes no pueden pagar más de esa cantidad al mes».

IMPAGO

Este problema en el mercado de la vivienda no se debe a que no haya inmuebles vacíos, ya que hay numerosas viviendas sin inquilino. La respuesta, según los agentes inmobiliarios, está en la tasa de morosidad que se registra. «La gente tiene miedo a alquilar, porque si luego no pagan cuesta mucho, legalmente, que los inquilinos dejen la vivienda», subrayó Marco. De ahí que plantee como posibles soluciones un incremento de las facilidades fiscales, así como jurídicas para poder desahuciar a aquellos que no pagan la renta mensual sin tener que pasar por tanta burocracia.

«La incidencia de la morosidad es bastante elevada, por lo que hay gente que pone en alquiler una vivienda, pero cuando tiene problemas directamente solo opta por la venta», explican desde la inmobiliaria Asesvil de Vila-real, una de las que registra más actividad en esta localidad.

«Hay muy poca oferta, sale lo que sale. Según el estado de la vivienda, el precio oscila entre los 300 y 400 euros», apuntan desde Asesvil. Esta gran demanda también se registra en la localidad vecina de Burriana, como ratifican desde Finques Burriana.

Un poco más económicos están los precios en Onda. Según Gestión Inmobiliaria Lorvan, un estudio de dos habitaciones ronda los 250 y 300 euros, mientras que un piso de unos 90 metros cuadrados cuesta al mes cerca de 350 euros. De todos modos, el inconveniente sigue siendo el mismo, no hay suficiente oferta.