La situación hídrica en la provincia de Castellón es hoy la mejor desde hace dos décadas en cuanto a calidad y a cantidad, según apuntan expertos en hidrología que destacan que esta situación se deriva de los esfuerzos que se han venido desarrollando a lo largo de todo este tiempo, dirigidos a lograr una racionalización en el suministro y el consumo de agua, tanto en el ámbito agrícola e industrial, como humano.

Pese a los últimos periodos secos, con precipitaciones muy por debajo de la media, con una ausencia de lluvias que han marcado récords en los últimos meses, la provincia atesora una salud hídrica envidiable por un doble motivo: por un lado, los acuíferos --que acaparan el 75% del suministro total en la provincia-- apenas han notado esta falta de precipitaciones y, a día de hoy, presentan un buen caudal. De otro lado, los embalses en superficie no son actualmente tan vulnerables a estos periodos de sequía gracias a las obras de mejora que se han venido realizando y que han posibilitado corregir deficiencias en cuanto a las filtraciones y a la capacidad de los vasos.

Para llegar a esta favorable situación, destaca el comportamiento de la agricultura, que en los últimos 20 años ha protagonizado toda “una reconversión de los regadíos en la que ha primado la racionalización a través de técnicas como el goteo”, como señala el catedrático de Hidrogeología de la Universitat Jaume I (UJI) de Castellón, Ignacio Morell Evangelista, quien recuerda que los acuíferos abastecen al 80% de los cultivos en la provincia, de ahí su gran importancia.

“Castellón tiene muy buenas reservas de agua, lo que representa unos recursos estratégicos de primer orden”, según indica Morell, quien destaca, sobre todo, el potencial de comarcas como el Maestrat, por su volumen y la calidad del agua almacenada.

ESTUDIOS DE CALIDAD // Si bien la provincia tiene hoy más agua que hace 20 años, los expertos señalan que su calidad es muy diferente si se habla de embalses en superficie y acuíferos, también del área geográfica que ocupan. En el primer caso, las aguas a cielo abierto presentan dosis muy favorables en cuanto a calidad, si bien las subterráneas del litoral, desde hace años, se han venido resintiendo en cuanto a la salinización y el uso de fertilizantes en el campo. Pese a todo, los expertos coinciden en señalar que son dos problemas en vías de solución a medio y largo plazo en la provincia gracias, en gran medida, a la modernización de los sistemas de riego y el uso localizado de los componentes químicos.

En cuanto a la reutilización de las aguas residuales, estas también han aportado su “granito de arena en esta buena evolución, aunque su peso específico es aún muy pequeño tanto en el plano agrícola como industrial”, según apuntan los especialistas, que coinciden en señalar que el agua de Castellón va camino de una excelencia que no tenía desde hace décadas y a lo que han ayudado, además, las medidas correctoras que se han venido estableciendo para evitar una sobreexplotación de los recursos hídricos, “como hubiera pasado con una expansión urbanística desproporcionada”, apuntan los mismos analistas, que predicen que la provincia, de seguir así, puede incrementar este superávit de agua por encima del 40% en los próximos cinco años. H