La Generalitat acaba de presentar el plan estratégico cultural valenciano para los próximos cuatro años, con 500 millones de inversión. Un programa que no concreta ninguna actuación para la provincia de Castellón, más allá del deseo de que las propuestas lleguen a todos los rincones de la Comunitat, y que no aparece consignado en presupuestos.

El consejo de dirección de CulturArts acordó en noviembre el despido del coordinador de programación de Castelló Cultural. Desde entonces no hay ningún responsable de la unidad territorial de CulturArts en Castellón. De hecho, muchos no saben a quién dirigirse para hacer gestiones con el entramado en Castellón. Quienes están al frente de los cinco edificios programan, y es la Conselleria, en Valencia, la que supervisa las propuestas e incluye las suyas.

En el caso del Auditori, la columna vertebral de la programación la aporta una entidad privada ajena a CulturArts, la Sociedad Filarmónica Castellonense, con siete conciertos esta temporada. “La calidad es muy buena, pese a que con la crisis ha bajado, porque tenemos que buscar conjuntos o solistas más económicos con la misma calidad”, señala Miguel Ángel Trilles, su presidente. También hay otros conciertos que programan agentes externos, alquilando el recinto para hacer un espectáculo, y también programación que viene directamente de Valencia. Es lo que sucede también con el Teatro Principal. Un ejemplo es La Hostalera, producción de CulturArts que va recorriendo todos los espacios de la Comunitat y visita Castellón este trimestre.

En este ámbito, la mayoría de fuentes consultadas consideran que la programación de Castelló Cultural ha sufrido un bajón considerable. Castellón se había colocado dentro de los grandes circuitos musicales internacionales y ahora esto se ha perdido, dicen.

UN GRAN RIESGO // Las empresas y promotores de Castellón han desaparecido del mapa de CulturArts, ya que las condiciones económicas impuestas implican asumir un gran riesgo si se quiere traer un espectáculo de primer nivel. Entre el IVA cultural, las tasas de la SGAE y el alquiler, el promotor que apuesta por Castellón no tiene las mismas posibilidades que en Barcelona o Madrid, con infraestructuras y aforos más grandes. Al retraso en los pagos, se añade ahora la falta de un coordinador económico y de programación que ejerza de cabeza visible e interlocutor.

Muchas voces lamentan la discriminación a Castellón, pues la inversión en producciones en Valencia es infinitamente superior. Y denuncian la necesidad de un cambio de rumbo y mayor financiación para la provincia, además de más apoyo a músicos y artistas.

Y es que no solo ha disminuido la cantidad de actos, sino también la calidad. Cuando Castelló Cultural programaba desde Castellón traía a Madredeus, la London Symfonic Orquestra o Jetho Tull, por ejemplo. Desde que las competencias económicas y de programación se centralizan en Valencia, la pasada legislatura, la programación ha decaído y la nueva Conselleria no solo no lo ha enmendado, sino que lo ha agudizado. H