La celiaquía es celiaquía. Tiene unos síntomas, un diagnóstico y un tratamiento definido. Con los trastornos de conducta y las enfermedades mentales todo es más complejo. Hay contornos difusos y terreno resbaladizo. Y si el paciente es menor de edad, aún más: ¿Cómo va a verbalizar un niño de cinco años qué es lo que le pasa? ¿Cómo saber si el comportamiento retraído, huraño y hasta violento de un adolescente es fruto de la eclosión hormonal o tiene un origen psiquiátrico? Uno de cada cinco menores tendrá a lo largo de su infancia o adolescencia algún trastorno de salud mental. Más de 10.000 en Castellón. Y las cifras, según los expertos, crecen cada año.

En Castellón las unidades de salud mental infanto-adolescentes realizaron en el 2015 un total de 7.772 diagnósticos entre niños y adolescentes de entre 0 y 17 años, según datos de la conselleria de Sanitat. 3.628 se efectuaron en la unidad ubicada en el centro de salud Gran Vía de la ciudad de Castellón; otros 2.886 en la Unidad de la calle Useres (su gestión depende del Hospital Provincial), mientras que 1.248 de esos diagnósticos se realizaron en el departamento de salud de Vinaròs.

Pero, ¿cuáles son los trastornos más frecuentes en los menores de la provincia? Desde el Hospital Provincial enumeran el déficit de atención con hiperactividad, trastornos por tics, cuadros adaptativos, autismo, depresiones y trastornos psicóticos de inicio temprano, algo que también corroboran todos los psicólogos consultados. “Aunque depende de la edad, en el caso de los niños más pequeños el más cómun es el déficit de atención”, apunta Pilar Ortolá, psicóloga de la clínica Arrels de Castellón.

Los expertos aseguran que si en los últimos años los casos diagnosticados se han disparado es porque las familias están más sensibilizadas e informadas y ante cualquier sospecha acuden a un especialista. “Ahora ante la primera sospecha de que algo no funciona bien, los padres buscan inmediatamente la ayuda de un profesional y eso explica el alza de los diagnósticos”, dice Ortolá.

Una cosa es que a un niño de seis años le diagnostiquen un défict de atención y otra muy distinta si de lo que se trata es de conductas psicóticas o violentas. Y, ¿cuándo empieza a ser preocupante el comportamiento de un adolescente? Los especialistas apuntan a que la desobediencia en los niños y la rebeldía en los adolescentes son normales. Los trastornos de conducta, en cambio, se caracterizan por ser persistentes en quienes los padecen y porque infringen las normas sociales y los derechos de los demás. Y la sociedad actual, con el triunfo del individualismo, no ayuda a formar un diagnóstico

600 CASOS MÁS GRAVES // Las conductas más graves son atendidas en Castellón en el Hospital Provincial. En el último año se contabilizaron unas 600. “La mayoría de las consultas tienen que ver con trastornos de conducta de niños y adolescentes que se oponen a las normas sociales y muestran cierta agresividad, unos trastornos que generalmente acompañan a otros diagnósticos como trastornos afectivos o psicóticos”, describe Matías Real, psiquiatra y responsable del programa del Hospital Provincial.

Lo que está claro es que ante cualquier problema la mejor receta es buscar una solución y el primer paso es el diagnóstico. “Los padres deben acudir a los profesionales cuando detecten en sus hijos manifestaciones excesivas de enojo, miedo, tristeza o ansiedad, así como cambios repentinos de comportamiento, puesto que pueden ser indicadores de un problema”. El peligro está en que sin un tratamiento este trastorno puede traducirse en algo mucho más grave. H