La falta de lluvias y las altas temperaturas han generado pérdidas millonarias en la agricultura y ganadería provincial debido al alza de costes de producción y a la caída de las cotizaciones.

Ramón Mampel, secretario general de la Unió-Coag, que cifra en dos millones de euros las pérdidas a la agricultura castellonense por la meteorología adversa, explica que la falta de lluvias provoca un incremento del gasto energético a las explotaciones agrarias, ya que deben echar mano del riego para salvar sus cosechas, debido a la ausencia de precipitaciones y a los vientos de poniente y del noroeste, más secos y cálidos. También la ganadería extensiva tiene que aumentar el gasto en piensos y forrajes, porque la sequía que afecta al interior seca los pastos. A su vez, los animales de granja, como pollos, beben más si hace calor.

Además, desde Fepac Asaja, Doménec Nàcher, explica que “las altas temperaturas han provocado el desplome de las cotizaciones de las hortalizas, ya que el ciclo de producción acaba antes, con lo que se alarga y se produce un exceso de oferta”. Algo que afecta tanto a alcachofas, como a coliflor, lechuga y otros productos de invierno. Concreta que en muchos casos las cotizaciones están por debajo de los costes.

Pero estas pérdidas aún pueden aumentar. Preocupa sobremanera, tanto a la Unió como a Fepac, el adelanto en un mes de la floración del almendro en algunas zonas de la provincia. Algo que puede provocar la pérdida de la cosecha del año próximo si se producen heladas en febrero.

También la producción de cereales se puede ver perjudicada. En palabras de Ramón Mampel, “si no llueve, lo sembrado no saldrá adelante”, manifiesta.

La climatología anómala también ha provocado desequilibrios en la maduración de los cítricos. Por ejemplo, en la clemenules, que constituye la mayor parte de la superficie cultivada, se produjo una merma de producción y se aceleró la maduración, lo que impidió realizar una gestión adecuada de la cosecha. Mampel señala que el calor bufa el fruto, pero no ha afectado a la clemenules al estar ya recogida.

El sector está trabajando en adaptar los cultivos al cambio climático, tanto en su ciclo de floración y cosecha como en el tipo de cultivos, destaca Nácher. H